2 de noviembre de 2009

Ciberliteratura, ¿y por qué no?

TRIBUNA: LORENZO SILVA

LORENZO SILVA 03/10/2009
Quienes hemos optado por mezclar en la creación literaria elementos del cibermundo, y en particular quienes hemos admitido que eso puede incluir alguna forma de interactividad con el lector y de hibridación de las fórmulas narrativas tradicionales con los lenguajes y recursos desarrollados en la Red, nos exponemos a ser tildados por ello de oportunistas o frívolos. Para los guardianes de las esencias, este proceder desvirtúa la pureza de la creación literaria, sometiéndola a unas tensiones intolerables que afectan a su autenticidad o directamente la despojan de cualquier potencial de excelencia artística.

No diré, desde mi experiencia, que la escritura interactiva, o cualquier otra posible combinación con recursos procedentes de la cibercultura, es el ideal al que todo escritor debe tender, ni siquiera por ir con el signo de los tiempos o conservar su influencia en la sociedad de la información. Yo sigo disfrutando de la vieja escritura solitaria y de escribir historias que apenas me interesan a mí y a cuatro más, y no pienso renunciar a ello.

Pero haber probado lo otro me demuestra que es una posibilidad válida, no exenta de riesgo y desafíos creativos, y que propicia a veces sorprendentes hallazgos. Además de implicar de una forma peculiarmente intensa al lector; ese personaje, no lo olvidemos, sin el que quienes escribimos no seríamos nadie, y al que, en los tiempos que corren, no nos sobran formas de atraer.

Libro + vídeo = 'vook'

Una editorial estadounidense presenta la fusión entre texto e imagen móvil - Para muchos autores, la tecnología es el complemento natural del papel
A. AGUILAR / J. R. MARCOS - Nueva York / Madrid - 03/10/2009
La versión digital de periódicos y revistas hace tiempo que integró vídeos y sonido a las crónicas. Ahora le ha llegado el turno al libro. El grupo editorial Simon and Schuster lanzó el jueves en EE UU el vook, un producto que, como indica su nombre en inglés, mezcla libro (book) y vídeo.

La versión digital de periódicos y revistas hace tiempo que integró vídeos y sonido a las crónicas. Ahora le ha llegado el turno al libro. El grupo editorial Simon and Schuster lanzó el jueves en EE UU el vook, un producto que, como indica su nombre en inglés, mezcla libro (book) y vídeo.

"Es un género nuevo. No es un libro electrónico y tampoco es una película, es la mezcla de ambas cosas", explica en conversación telefónica Bradley J. Inman, presidente de la compañía Vook, responsable de este invento. La limitación técnica de lectores electrónicos como Kindle o Sony E Reader -que no permiten ver vídeos- parece darle la razón: el ordenador o el teléfono son los canales naturales para los vooks.

Ya no se trata sólo de lanzar un vídeo promocional de una novela en Internet, sino de aprovechar las posibilidades narrativas que ofrece la tecnología. "Las películas están insertas en el texto", explica Inman. "Uno va leyendo, cuando aparece un vídeo lo abre y éste ocupa toda la pantalla".

"Hemos querido probarlo con historias de ficción y de no ficción. En este último campo la aceptación es inmensa", dice Judith Curr, directora de Atria, el sello de Simon and Schuster que ha lanzado los primeros cuatro vooks al mercado. Su precio es de siete dólares (4,79 euros).

Promises, el nuevo título de Jude Deveraux, autora de novelas románticas, ha sido una de las apuestas. Este vook suma un total de 131 páginas de texto convencional y 17 vídeos de unos dos minutos de duración. "Si no ves los vídeos te pierdes una parte muy importante porque la trama avanza en parte gracias a ellos". A partir de las 5.000 descargas, Curr consideraría la nueva iniciativa un éxito.

Por su parte, la editorial francesa Robert Laffont, en colaboración con la compañía de telefonía móvil Orange, acaba de publicar Le sens des choses, una obra de Jacques Attali que el sello galo promociona como "el primer hiperlibro". Se trata de una recopilación de entrevistas que se complementa con códigos de barras que, activados desde un ordenador o un móvil, permiten acceder a vídeos y música.

Para José Antonio Millán, escritor y editor digital, el libro interactivo es "como Disney: lo mejor de todos los mundos juntos". Él mismo abrió una prolongación en la Red de sus libros El candidato melancólico y Perdón imposible (RBA). Este último está dedicado a la puntuación y Millán creó un exitoso concurso en Internet que consistía en puntuar un texto de un libro famoso despojado de puntos y comas. El director de la primera edición digital del diccionario de la RAE cree además que Internet es la extensión natural de ciertos libros: "Los de arquitectura. O los ensayos. Los liberas de la bibliografía, ahorras páginas y abaratas precios".

En España, todavía el material complementario se basa más en la acumulación de soportes (CD y DVD pegados a un libro o links anotados en sus páginas) que en la fusión de lenguajes. El futuro sigue lejos y el presente no siempre es fácil. Por problemas con los derechos de algunas imágenes, Agustín Fernández Mallo ha renunciado a incluir en su novela Nocilla Lab (Alfaguara) el documental que la acompañaba. Finalmente, lo colgará en su blog. El escritor considera que el libro tradicional ya es suficientemente fascinante y se pregunta "¿qué diferencia hay entre un link en un texto en papel y una nota al pie tradicional?". "Eso sí", dice, "las nuevas tecnologías inauguran una nueva forma de leer".

En 5 años el 25% de las publicaciones científicas serán sólo digitales

Va más allá de un cambio en la forma de trabajo, no estamos mejorando los procedimientos por tener más computadoras o más software, sino que se trata de que la biblioteca tiene que reinventarse, abrirse a la tecnología y facilitarla a todos los usuarios", afirma Francisco José García Peñalvo, vicerrector de Innovación Tecnológica de la Universidad de Salamanca, que ha sido el encargado de ofrecer la primera ponencia de la reunión, en la que ha puesto el ejemplo de las acciones que está realizando la institución académica salmantina.

Neo Mundo | 8/10/2009-00:00 hs. | En su opinión, la investigación y la innovación relacionadas con el mundo de las bibliotecas van a aportar nuevas perspectivas al estudiante y al investigador. Y teniendo en cuenta las previsiones sobre publicaciones digitales, "las bibliotecas se tienen que convertir en un custodio del elemento digital, igual que lo han sido hasta ahora del papel", afirma.

Esto multiplica el trabajo y las oportunidades, asegura, poniendo un ejemplo. "Hasta el momento, la investigación en Biblioteconomía ha buscado cómo catalogar elementos físicos en un estante, ahora hay que encontrar información en una librería inmensa, la red, y la clave está en manejar metainformación y buscadores o en incorporar semántica en las búsquedas", agrega. Esta tarea tiene que ser necesariamente interdisciplinar, "porque la computación ayuda y tiene que buscar sistemas inteligentes".

En definitiva, las nuevas tecnologías están añadiendo "nuevos roles de servicios telemáticos que hacen más fácil el acceso a la información", pero con una condición: "hay que saber utilizarlos", matiza García Peñalvo.

5 de mayo de 2009

The Library of Congress en Comunidad virtual Flickr

Ya desde el año pasado, The Library of Congress sorprende con una fantástica e innovadora iniciativa: usar la comunidad virtual Flickr para compartir una parte de su fondo fotográfico. De momento ya ha colgado más de 3000 fotografías históricas estructuradas en dos álbumes: "News in the 1910's" y "1930s-40s in color". Se trata de imágenes de dominio público, libres de copyright. La prestigiosa biblioteca lo que trata de conseguir con éste nuevo proyecto es aprovechar la colaboración de los usuarios de Flickr (muchos de ellos curtidos en la "catalogación" de sus propias fotografías) a la hora de añadir tags en las imágenes custodiadas por The Library of Congress. Sin duda, nos hallamos ante una decisión a celebrar, puesto que representa un gran paso en la mejora de la accesibilidad y en la aproximación del fondo a sus potenciales usuarios, creando además una interactividad entre servicio de información y consumidor inédita hasta hora.
Fuente : Novedades Candame Gestión

Interesante ofrecimiento del escritor puertorriqueño Andrés Díaz Marrero

Desde el 1ro de abril de 1998, el reconocido escritor puertorriqueño de
literatura infantil y juvenil, Andrés Díaz Marrero, ofrece gratis para fines
no comerciales, cuentos, poemas y obras de teatro infantil y juvenil de su
autoría.
(En español e inglés)
http://www.edulect.org
En su página, sin fines de lucro, ofrece gratis:

1. Recursos de aprendizaje.
2. Poemas, cuentos, dramas y Trova Boricua.
3. Teatro Infantil y Juvenil. Cinco nuevas obras de teatro infantil y
juvenil.
3. Orientación gratuita a padres y maestros sobre lectoescritura y
pedagogía.

Decenas de poemas infantiles, cuentos ilustrados y dramitas de su autoría
disponibles.

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Datos biográficos

Andrés Díaz Marrero, Nació en San Juan de Puerto Rico, 28 de noviembre de
1940). Escritor de literatura infantil y juvenil.

Ha sido presidente de la Sociedad de Autores Puertorriqueños, Vicepresidente
de la Asociación puertorriqueña de literatura infantil y juvenil en español
y portugués, Vicepresidente del Pen Club de Puerto Rico. Comenzó a publicar
formalmente en 1975. Varias de sus obras han sido traducidas al inglés, al
portugués y al polaco. Parte de su obra ha sido publicada, entre otras, por
las siguientes editoriales, revistas y periódicos:

Editoriales: Ediciones del Sur, Argentina; MacGraw-Hill, USA, Editorial
Kamar, Guatemala; Editorial Santillana, España; Editorial Norma, Puerto
Rico; Editorial SM, Puerto Rico; Editorial Sendero, Puerto Rico; Editorial
Creación Puerto Rico;

Revistas: Revista Mairena, Puerto Rico; Revista Anales, (Sociedad de autores
Puertorriqueños); Revista El Sol, (Asociación de Maestros de Puerto Rico);
Revista Creación, Ponce, Puerto Rico; Revista Palma Sola, Cuba; Revista
Educación, (Departamento de Educación de Puerto Rico)

Periódicos: El Nuevo Día, El Mundo, El reportero, El Vocero, Diálogo,
Claridad. (Omitimos los nombre de periódicos del exterior: EE.UU. Argentina,
Brasil, españa, etc.)

Teatro infantil: Sus obras de teatro infantil han sido presentadas en Bellas
Artes, Centro de Adiestramiento y Bellas Artes de Aguadilla, (CABA). Han
sido presentadas también en versiones de teatro de títeres en diversas salas
de teatro del país. (También han sido representadas en el exterior: Panamá,
Venezuela, República Dominicana, entre otros.)

Poemas musicalizados: Varios de sus poemas han sido musicalizados por Tony
Croatto y por el Trío Los Hispanos. La canción Nacimos para Servir cuya
letra es de Andrés Díaz Marrero y la música de Tony Croatto fue utilizada
para la develación del lazo de la filantropía en un acto en el que
participaron decenas de instituciones filantrópicas de EE.UU. y Puerto Rico.
Desde el 1ro de abril de 1998, mantiene el Portal http://www.edulect.org en
el cual ofrece cuentos y poemas infantiles y juveniles de su autoría,
gratis.

Los libros no mueren

Los libros no mueren / Umberto Eco

Recientemente, durante el día de cierre de un taller para libreros realizado en Venecia, Italia, uno de los temas en la agenda del día fue la transitoriedad de los métodos de almacenamiento de datos utilizados por los medios de comunicación. Las formas usadas por los medios para almacenar información han incluido pastillas de arcilla, papiro, pergamino y, obviamente, el libro impreso. Muchos ejemplares de este último dispositivo han logrado sobrevivir durante los últimos 500 años, pero sólo aquellos fabricados con papel de trapo.
Hacia la mitad del siglo XIX, los industriales viraron al papel fabricado con pulpa de madera, aunque parece que este tipo de papel tiene una vida máxima estimada de 70 años. (Recoja periódicos o libros impresos en el período de posguerra y vea cómo se van despedazando cuando usted intenta hojearlos). Desde allí, la gente ha estado dictando conferencias y estudiando varios medios y métodos para salvar los libros en nuestras bibliotecas. Una de las ideas más populares (pero casi imposible de aplicar a todos los libros existentes) es escanear todas las páginas y transferirlas a un medio electrónico.
Pero esto conduce a otro problema. Todos los medios para transferir y conservar información, desde fotografías hasta cintas de video, desde discos hasta tarjetas de memoria, son más perecederos que los mismos libros.
Conocíamos cuánto duraría un disco de vinilo antes de que comezara a fallar, pero aún no hemos tenido tiempo para verificar la vida útil del CD-ROM que, aunque fue una vez aclamado como la invención que salvaría al libro, pronto se marchó del mercado porque se hizo posible tener acceso a la misma información en línea a un costo inferior. Tampoco conocemos cuánto durarán las películas en DVD: sólo sabemos que a veces los DVD se comportan de manera irregular si los utilizamos demasiado a menudo. Y nunca tuvimos tiempo para calcular cuánto durarían los disquetes: rápidamente fueron sustituidos por los discos rígidos, luego por los discos regrabables y finalmente por unidades de disco USB.
La desaparición de estos medios de comunicación fue acompañada por la supresión de las computadoras capaces de leerlos. Muy pocos tienen aún computadoras con ranuras para disquetes. Por lo que si no tomamos todos los datos registrados sobre el viejo medio y los transferimos al nuevo cada dos o tres años, por lo visto indefinidamente los habremos perdido para siempre, a no ser que tengamos una docena de ordenadores anticuados, uno para cada medio extinto.
Los medios mecánicos, eléctricos o electrónicos se deterioran rápidamente o bien aún no sabemos cuánto tiempo durarán. Con algunos tipos de almacenamiento de datos, probablemente no lo sabremos nunca. Un golpe de energía, un rayo en el jardín o cualquier otro acontecimiento aún más trivial es suficiente para desimantar y borrar casi cualquier forma electrónica de almacenamiento de datos. Si un apagón durara bastante tiempo, ya no sería capaz de tener acceso a cualquiera de mis archivos. Si mi ordenador o mi libro electrónico caen del quinto piso, perderé todos los datos, si se cae un libro, en el peor de los casos se despedazará.
Los medios de almacenamiento modernos parecen haber sido creados más para la difusión de información que para su conservación. El libro ha sido durante mucho tiempo el instrumento principal de difusión, pero también de conservación.
Tal vez en algunos siglos el único modo de recuperar la información del pasado, una vez que todos los medios de comunicación de almacenamientos electrónicos se hayan desimantado, será leyendo un fino incunable. Y de nuestros libros modernos, los sobrevivientes exclusivos serán aquellos impresos sobre papel de alta calidad, o aquellos hechos sobre papel sin ácido que muchos editores ahora ofrecen.
No soy un conservador reaccionario. Tengo copias de las más importantes obras maestras de la literatura universal y la historia completa de la filosofía en un disco duro portátil de 250 gigabytes: es mucho más práctico usarlo para encontrar una cita de la Suma teológica de Dante que lo que resultaría levantar y hojear un enorme volumen de una alta estantería. Pero me alegro de que aquellos libros estén todavía allí, como garantía para cuando los instrumentos electrónicos nos fallen.
Copyright Umberto Eco/L’Espresso. Distributed by The New York Times Syndicate.

Fuente: Perfil 02.05.09