16 de julio de 2008

Entrevista a Fernando Baez, director del Insitutto Autónomo Biblioteca Nacional y Servicios de Bibliotecas Públicas "Debemos crear ....

Entrevista Fernando Báez, director del Instituto Autónomo Biblioteca Nacional y Servicios de bibliotecas públicas"Debemos crear la biblioteca digital"

Báez acaba de publicar "El saqueo cultural de América Latina. De la conquista a la globalización", por Editorial Debate; y ahora se dedicará al tema de la identidad latinoamericana (Oswer Díaz Mireles)

"Estos 175 años son una oportunidad para repensar el destino de la institución bajo unos criterios de aporte compartido"
ANA MARÍA HERNÁNDEZ G.
EL UNIVERSAL

Ayer cumplió 175 años de creado el Instituto Autónomo Biblioteca Nacional y Servicios de Bibliotecas Públicas; y su actual director general, Fernando Báez, doctor en Bibliotecología y autor de libros que precisamente tocan el álgido tema de los libros y la destrucción cultural, se refiere a estos temas, la modernización tecnológica y el rechazo a la injerencia de Estados Unidos en la institución.

-¿Se plantea un relanzamiento de la Biblioteca Nacional?
-Tuve la suerte de venir a dirigir la institución en un momento donde se estaban cumpliendo 175 años del decreto fundacional de la Biblioteca Nacional, el 13 de julio de 1833. Obviamente llegué en el momento de consolidación de una gran cantidad de experiencias, y eso hace evidente hacia dónde ir, en función de logros ya tenidos, y en función de metas y perspectivas de lo que constituye una tradición histórica innegable. Por aquí han estado de directores una cantidad de notables venezolanos: Juan Vicente González, Adolf Ernst, Caracciolo Parra Pérez, Enrique Planchart, cada uno ha hecho un aporte, el compromiso es gigantesco.

-¿Qué retos se plantean?
-Estos 175 años son una oportunidad para repensar el destino de la institución bajo unos criterios de aporte nuestro que, compartidos bajo diálogo con todos los trabajadores, implican una búsqueda de puntos muy específicos de acción: la modernización teconológica, que nos lleva a combatir ciertas prácticas monopólicas transnacionales que yo, personalmente no comparto. Hablo de lo que significan las nuevas ciencias de la información, la búsqueda del software libre para poder tener el control de las bases de datos de los catálogos, la búsqueda del acceso universal libre y gratuito de la información, y la recuperación de las bibliotecas públicas que se encuentran en un estado de grandes dificultades.

-¿Y el tema del personal?
-Se necesita más personal. Me veo obligado a acudir a las universidades, y estoy justamente tratando de encontrar convenios que trasciendan cualquier esfera banal para poder traernos a los profesionales de las ciencias de la infomación más capacitados. Hay que traer gente que ya tenga unas herramientas y unos instrumentos de trabajo dentro de lo que son los nuevos esquemas de la globalización, porque no podemos escapar al hecho de que nuestra biblioteca debe tener un portal acorde con lo que son esos lineamientos, tener los textos digitalizados y crear la Biblioteca Digital de Venezuela, que creo que es una necesidad para que todo el mundo tenga un acceso, además, de 24 horas a la base de datos.

-¿Para digitalizar, con qué colecciones comenzarían?
-El primer paso que hemos dado es la selección de una cantidad de textos clásicos fundamentales de los venezolanos. Pensemos en la gran cantidad de escritores del siglo XIX, pienso en Simón Rodríguez, en Andrés Bello; pero también pienso en gente como Luis Manuel Urbaneja Achelpohl; y por seguir esa misma línea hay una gran cantidad de novelas del siglo XIX que no tendrían problemas de derecho de autor y nos harían mucho más fácil el proceso de digitalización. La primera etapa debe ser de mil textos fundamentales que nosotros consideramos que son los que centran el sentido de pertenencia de lo que somos como pueblo.

-¿Esa modernización irá a la par con la adquisición de nuevas colecciones?
-Estamos en un desarrollo de software libre y con dos o tres proyectos al mismo tiempo. Contamos con el aporte de la Unesco que nos ha puesto a disposición lo que son sus sistemas de catálogos en línea gratuitos para poder aplicarlos a la Biblioteca, y la modernización también tiene que ser uno de los proyectos bandera, porque francamente creo que uno de los aspectos más interesantes de estos tiempos es ver la cantidad de jóvenes que acuden a los espacios de internet lo que antes iban a buscar en las enciclopedias. Es importante poner en las bibliotecas públicas la mayor parte del acceso; y sin ningún tipo de intermediario o limitación más que el anhelo de investigación.

-¿Biblioteca Nacional va a poner en internet algún tipo de Wikipedia alternativa?
-Todavía no tenemos al gran maestro mundial de la información que diga qué es lo que es o no una buena información, y en medio de ese debate se generan opiniones: hay quienes dicen que Google sesga la información, otros creen que Wikipedia tiene una cantidad de datos afectados o que la Británica en internet tiene condicionamientos desde el punto de vista anglosajón porque no incluye datos del mundo de habla castellana. Otros dicen que los portales españoles no presentan la realidad iberoamericana sino desde su única perspectiva. Creo que no solamente tenemos el reto de ofrecer grandes portales con información que tenga que ver con los manuales escolares que el país está estableciendo, sino el gran compromiso de ir depurando internet, porque lo que vayamos haciendo aquí se lo vamos a dejar a nuestros hijos.

-¿Hay colecciones de libros raros por adquirir?
-Mucha gente cuestionó la cantidad de medidas de seguridad que yo tomé en esta Biblioteca porque creían que era para cuidarme a mi. Resulta que a mi me dijeron "cuide la memoria del país", y me lo tomé en serio. Estamos trabajando con una suerte de guardia patrimonial que se ocupe de guardar estas instalaciones y su contenido. Creo que la responsabilidad es gigantesca, yo solo no voy a poder e invito a los sectores privados que se unan en esta gran campaña porque creo que esos textos hay que digitalizarlos para preservarlos.

-¿Se siente como los monjes de ?El nombre de la rosa
-Me siento más bien como ese niño de San Félix de Guayana, que se crió en una biblioteca pública. Yo siento que esto es como un refugio y no sé si fue un ciclo de mi vida que me trajo hasta aquí.

-¿A qué se refería con una declaración en la que rechazaba a los Estados Unidos?
-Uno de los países que más admiro en el mundo es Estados Unidos, para comenzar por ahí. Pero lo que no queremos es más injerencia de la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos en la Biblioteca Nacional, porque nosotros, lo que hemos estado recibiendo es que cada vez que ellos tienen catálogos de desecho nos los envían a nosotros. Cajas, cosa que a nosotros no nos hace ningún favor, no ayuda en absolutamente nada. Quien menos tiene autoridad moral en este momento, en la historia de las bibliotecas es Estados Unidos, y que acaba de destruir nada menos que una cultura que es la cuna de la civilización de la humanidad, y el informe que avala la actuación del ejército de los Estados Unidos lo suscribe James Billington, el actual director de la Biblioteca del Congreso, un hombre que empobrece la tradición extraordinaria que tuvo esa biblioteca durante mucho tiempo. Mis afirmaciones son desde un punto de vista de un cuestionamiento ético sobre la posición de la Biblioteca de los Estados Unidos y su relación con la Biblioteca Nacional, y alejar la injerencia de cómo debemos llevar nuestros catálogos, cómo debemos tener nuestros criterios de selección.

-¿Eso siempre fue así?
-Hubo un momento con Moncada, quien fue director de esta Biblioteca bajo el gobierno de Pérez Jiménez, que recomendaba que se debían repetir los pratrones de la Biblioteca de Estados Unidos, y así se lo hizo saber ese director en un informe al Ministerio de Educación.

-¿Va a proponer un sistema propio de catalogación?
-Estamos justamente en el proceso primero de iniciar las discusiones sobre cómo nosotros tenemos que dar esos pasos para precisamente ir hacia unas condiciones de libertad suficiente como para poder actuar y sobre todo responder a las necesidades populares de nuestras comunidades. No podemos seguir imponiendo modelos artificiales de seguir funcionando satelitalmente.

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